
El agua apagó al fuego, y al ardor los años.
Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño.
La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse.
Yo no soy equilibrada ni tranquila; llevo una vida enloquecida .
Hay que condenar todas las muertes, incluso la
natural.

Soy muy mal novia, una pésima amante y peor esposa. Pero una estupenda amiga.
Qué difícil intentar salir ilesos de ésta magia en la que nos hayamos presos .
No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás existió .
Pelearé hasta el último segundo y mi epitafio será:
No estoy de acuerdo .
No hay comentarios:
Publicar un comentario